La impedanciometría acústica, también conocida como test de impedancia o timpanometría, es una prueba que permite medir de forma objetiva la respuesta del oído medio al estímulo sonoro para ver cómo se comporta la onda sonora a lo largo de este.
El proceso es muy sencillo. Para empezar, el especialista mira dentro del conducto auditivo externo para cerciorarse de que no hay obstrucción para poder realizar el examen. A continuación, le coloca al paciente un dispositivo en el oído que cambia la presión del aire y hace que el tímpano se mueva de un lado a otro. A esta primera parte de la prueba se le llama timpanografía (una computadora registra los resultados en gráficas llamadas timpanogramas). Insistimos en que es una prueba indolora. La única pequeña molestia pueden ser los sonidos que se emiten, que en ocasiones pueden ser altos.
Es una prueba totalmente indolora con la principal diferencia respecto a la audiometría de que, en este caso, no se necesita la participación activa del paciente.
Para realizar la prueba de impedanciometría acústica se utiliza un aparato con una sonda en la apertura del conducto auditivo externo a través de la cual se aplica un sonido con frecuencia e intensidad variable generando cambios de presión para desplazar el tímpano de su posición normal. En dicha sonda hay un pequeño micrófono que registra la intensidad del sonido reflejada por el tímpano.
Podríamos decir que la impedanciometría acústica se realiza con el objetivo de detectar posibles lesiones o afecciones del oído medio.
En el caso de la timpanometría, los datos obtenidos durante la exploración se representan mediante curvas que reflejan la movilidad del tímpano en relación con las variaciones de presión que causan los sonidos. Mediante la interpretación de estas gráficas se puede determinar si existe obstrucción tubárica, si hay presencia de serosidad o mucosidad, si ha habido una perforación del tímpano que ya está cicatrizada, etc.
Para la detección de la hipoacusia habrá que tener en cuenta que ésta se clasifica en función de su gravedad:
Al ser no invasiva y realizarse en menos de un minuto, tanto la timpanometría como el reflejo estapedial se pueden realizar desde las primeras horas de nacimiento, como señala Juan Royo, otorrinolaringólogo y especialista de la comunidad de salud auditiva Viviendo el Sonido. Un buen ejemplo de la utilidad de estas pruebas en niños y niñas la encontramos en las revisiones auditivas que audioprotesistas de GAES realizan a los niños y niñas de los campamentos saharauis cada verano. El objetivo es realizar un primer screening auditivo, consistente en una videootoscopia, impedanciometría y audiometría adaptada a la edad de cada niño, para descartar así cualquier pérdida auditiva.