¿Qué es la Cirugía Endoscopica Nasosinual?
La cirugía se realiza bajo anestesia local o general. Posteriormente, se procede a aplicar descongestionante nasal para después iniciar la disección de la pared.
Para esto se utiliza una fibra óptica rígida y fina que se introduce en la fosa nasal obteniendo una visión directa del lugar en el que se abren los senos paranasales. Con las herramientas adecuadas, se procede a la resección del tejido anormal u obstructivo.
Al final de la cirugía se realiza un control de los puntos sangrantes y dependiendo del caso, se pondrá un taponamiento nasal para evitar hemorragias o láminas de silicona para evitar que se adhiera de una pared a otra y se formen cicatrices anómalas.
La cirugía dura entre 1 y 3 horas según la complejidad del caso. Normalmente se taponan las fosas nasales con espuma coagulante y esponjas específicas que se deshacen solas o tapones que se pueden retirar fácilmente.
La preparación para la cirugía endoscópica nasosinusal (CENS) puede variar según el caso y las recomendaciones del cirujano. Sin embargo, aquí hay algunos aspectos generales a considerar antes de someterte a este procedimiento:
- Consulta preoperatoria: antes de la cirugía, se llevará a cabo una consulta preoperatoria con el cirujano. Durante esta consulta, se discutirá tu historial médico, se realizará un examen físico y se revisarán los resultados de cualquier prueba o imagen diagnóstica previa.
- Medicamentos y suplementos: informa a tu cirujano sobre todos los medicamentos que estás tomando, incluyendo recetas, medicamentos de venta libre y suplementos dietéticos. Algunos medicamentos, como los anticoagulantes, pueden requerir ajustes antes de la cirugía. Además, es posible que se te indique suspender el consumo de ciertos medicamentos y suplementos en los días previos a la cirugía, como los que pueden aumentar el riesgo de sangrado.
- Preguntas y aclaraciones: asegúrate de hacer todas las preguntas que tengas sobre el procedimiento, incluyendo las expectativas de recuperación, los cuidados postoperatorios y cualquier duda que tengas. Es importante entender completamente qué esperar antes, durante y después de la cirugía.
Importante seguir los cuidados postoperatorios indicados por el cirujano para facilitar la recuperación y reducir el riesgo de complicaciones. A continuación, se mencionan algunos cuidados comunes que podrían recomendarse:
- Control del sangrado: es normal experimentar un ligero sangrado nasal después de la cirugía. Se te puede indicar que te inclines ligeramente hacia adelante y suenes suavemente la nariz para eliminar cualquier coágulo o exceso de sangre.
- Evita sonarte la nariz con fuerza y evita actividades que puedan aumentar la presión en la nariz, como levantar objetos pesados o realizar ejercicios intensos.
- Enjuagues nasales: es probable que se te recomiende realizar enjuagues nasales con solución salina.Los enjuagues nasales ayudan a mantener las fosas nasales limpias, reducen la congestión y promueven la cicatrización. Sigue las instrucciones de tu cirujano sobre la frecuencia y la técnica adecuada para los enjuagues nasales.
- Medicación: se te pueden recetar medicamentos para controlar el dolor, reducir la inflamación y prevenir infecciones.
- Descanso y actividad física: es importante descansar adecuadamente después de la cirugía para permitir que el cuerpo se recupere.
- Alimentación: sigue una dieta suave y evita alimentos o líquidos que puedan irritar la nariz o causar molestias. Bebe suficiente líquido para mantenerte hidratado.
- Seguimiento médico: asiste a todas las citas de seguimiento programadas con el cirujano. Ellos evaluarán tu progreso de recuperación y realizarán los ajustes necesarios en tu plan de cuidados postoperatorios.
La cirugía endoscópica nasosinusal tiene un riesgo de complicaciones que se deben conocer antes de operarse.
- Formación de cicatrices entre el tabique y los cornetes nasales (sinequias)
- Infección (sinusitis)
- Hemorragia nasal (epistaxis)
- Recidiva de las lesiones
- Pérdida del olfato y/o gusto
Existen otras complicaciones menos frecuentes, pero habitualmente más graves, tales como lesiones orbitarias u oculares, fístula de líquido céfalo-raquídeo u otros problemas anestésicos.